Sobre la antigua tabacalera de Santander y en los terrenos contiguos al monasterio de las clarisas se propone una reordenación urbana consistente en una plataforma verde en continuidad con la calle alta. Un gran parque arbolado que estabiliza la topografía del lugar y modifica la escala perceptiva del edificio residencial. El volumen edificado se manipula intencionadamente para relacionarse de un modo más eficaz con las preexistencias, favorecer la entrada del sol en el patio interior de la manzana y generar una mejor exposición y orientación solar de las futuras viviendas.